Dada la importancia del estrés oxidativo a nivel cardiovascular, las terapias antioxidantes podrían ser un beneficio real. Sin embargo, un estudio indica que nada supera a las terapias para mejorar la funcionalidad mitocondrial mediante el uso de terapias dirigidas, como el ejercicio. El ejercicio es muy eficaz, mejora el metabolismo mitocondrial cardíaco tanto en la salud como en la enfermedad.
La inflamación desencadenada por el estrés oxidativo es la causa de muchas, quizás incluso la mayoría, de las enfermedades humanas crónicas, incluido el envejecimiento humano. El estrés oxidativo se origina principalmente en ciertas mitocondrias y puede identificarse algunas manifestaciones clínicas de la enfermedad cardiovascular. Además de la formación de aterosclerosis, implica metabolismo de lípidos, rotura de placa, trombosis, lesión miocárdica, apoptosis, fibrosis y fallo. El reconocimiento de la importancia crítica del estrés oxidativo ha llevado al uso entusiasta de antioxidantes en el tratamiento y prevención de enfermedades cardíacas, pero los resultados de los ensayos clínicos prospectivos y aleatorizados han sido en general decepcionantes.
No obstante, los autores de un estudio creen que los antioxidantes, debido a su procedencia como “productos naturales” o “suplementos nutricionales” y su presunción de seguridad y eficacia generada a partir de los resultados de estudios epidemiológicos y observacionales desde el principio, no se han sometido a los mismos requisitos de desarrollo estrictos que se aplican a nuevos candidatos a fármacos farmacéuticos.
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